La obra cedida de Leo Serrano pertenece a la serie arabesque, serie inspirada en una investigación realizada por la artista sobre el paso de los ballets rusos de Diaghilev por la Alhambra. Al observar fotografías de esa época, pudo comprobar como los vestidos de la compañía entablaban un diálogo con la decoración de las paredes del palacio Nazarí. La artista se plantea entonces descomponer las imágenes y obtener patrones visuales para estamparlos con tinta en telares que cuelgan del techo con el objetivo de crear un objeto que danzara suspendido en el aire de manera delicada y casi imperceptible. Las formas estampadas en el tejido de algodón pierden a su vez la consistencia debido a la no continuidad de los hilos entre sí. El resultado es toda una metáfora del lugar que ocupamos en el espacio, y de cómo diferentes fuerzas interactúan con nosotros en una danza existencial.